El 5 de
julio de 1980, en la ciudad de Guatemala, individuos desconocidos ametrallaron
a la líder estudiantil, ensayista literaria y periodista Rita Olga Navarro
Barberena. Su cuerpo sin vida quedó dentro del vehículo donde se conducía, con
múltiples impactos de bala. La licenciada Navarro había renunciado a su cargo
como directora del Centro Cultural Universitario, luego de ser amenazada de
muerte por el Ejército Secreto Anticomunista (ESA). En un comunicado de prensa
el ESA se atribuyó la responsabilidad del crimen. Este grupo era una estructura
paramilitar del Ejército Nacional.
"Mataron
a una mujer, mataron a Rita Navarro- líder estudiantil y licenciada en letras,
murió ametrallada un día de julio de 1980-. Como todos los días de esos años,
la metralla segaba la vida de un intelectual o un obrero que no era compatible
al gobierno simio, quedó inerte en su carro, sus sueños de libertad quedaron
truncados por las balas asesinas que le cortaron su vida, ella quedó inerte,
pero su pensamiento es libre, libre, libre, libre, libre, libre, libre…".
Nadie vio nada.
Nadie la vio.
Nadie oyó nada...
rodaron entre el polvo:
sus sueños,
sus palabras,
sus risas, y
sus cantos,
borrados de golpe
por la repentina ráfaga,
petrificadora del grito
inmóvil en sus labios.
Nadie la vio.
Nadie oyó nada.
El tableteo de la metralla
que tiñó de rojo el día
con sangre de Rita Navarro.
¡Nadie oyó nada!
Hacia la calle,
Nadie vio nada.
Sólo los pájaros oyeron
¡Nadie la vio!
Todos vieron el asesinato, pero nadie vio nada, la palabra atada marca el silencio que impone la bota militar. "Pobre Rita, la ametrallaron, "usted vio, si", pero no vi nada y el eco se repite ¡nadie vio nada!
Luz Méndez de la Vega, Azul y Rojo (fragmento).
En esos años de terror y barbarie, destruyeron los sueños de muchos y muchas personas que enarbolaron y alzaron su voz ante tanta injusticia, pobreza y desigualdad, como no reconocer su entrega. su lucha por la transformación de un modelo o régimen antidemocrático y corrupto vigente. Vivan los mártires por hacer patria, hasta la Victoria siempre.
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