ANASTACIO AQUINO
El 24 de julio de
1833, fue fusilado en San Vicente, El Salvador, el líder indígena nonualco, Anastasio
Mártir Aquino. Capturado herido, fue hecho prisionero, sometido a tratos
inhumanos, hasta el día cuando fue ejecutado. Después de fusilarlo, cortaron su
cabeza y la colocaron en una jaula de metal.
La llamada
“Independencia de Centroamérica”, empeoró la precaria situación de los pueblos
originarios. Los hacendados extendieron sus territorios a costa de tierras
ejidales indígenas, los nonualcos eran obligados a trabajar sus posesiones
ancestrales, en beneficio de la élite económica. Por la fuerza, se les
reclutaba como carne de cañón en los ejércitos de los terratenientes, para
morir defendiendo los intereses de sus opresores. Contra estos abusos, en enero
de 1833, Anastasio Aquino encabezó una rebelión armada de pueblos originarios
en El Salvador, en la cual participaron miles de indígenas.
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